OBRA GRÁFICA
“Creo sinceramente que la labor del ser humano en esta tierra es el reencuentro con el Todo Original, es decir, en este mundo de la dualidad, de la separación, de la intención etimológica de lo diabólico (dia-bolós), lo que divide, lo que separa. La labor del ser humano es la del hijo pródigo que regresa a casa. Hay que volver a la unicidad, al symbolon; la unión de estas dos partes que se cortaban y se entregaban a una persona para una encomienda y luego se integraban nuevamente cuando la encomienda se había cumplido. El arte es el regreso a lo simbólico, a la unidad, a la unicidad.”
“También considero que el universo maneja un lenguaje muy básico, con componentes muy elementales. En mi trabajo empleo el ángulo recto y el círculo. Pero no podría darme la libertad de plasmar estas dos figuras y sus combinaciones en un lienzo sin un soporte básico, que es la intervención divina detrás de todo; la retícula de fondo de mi obra. Es decir, la divinidad como estructura de la cual surge la creación y la vida. Y la estructura es mínima, sólo para que de allí surjan todas las posibilidades infinitas que vemos a nuestro alrededor. Vemos una multiplicidad de seres en todos los órdenes, pero debemos ser capaces de ver en ella la unidad subyacente, y esa es mi preocupación, la cosmología que yo quiero plasmar.